No errar la lectura de la Historia (P. Miguel Ángel Fuentes, IVE)

A los inquietos tesalonicenses, les escribía el admirable san Pablo (un autor que diariamente continúa llenándonos de consuelos en este valle de lágrimas): “os convertisteis a Dios, tras haber abandonado los ídolos, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar así a su Hijo Jesús que ha de venir …